jueves, 8 de noviembre de 2012

Planes

Cuando tenía 15 años, ya tenía mi futuro planeado: estudiaría algo relacionado a computación (quizás 3 años en Cibertec), luego completaría los 2 años que me faltaban en la UPC para sacar un título universitario, trabajaría en la empresa de uno de mis hermanos mayores y tendría mucho dinero. Sí, a los 15 todavía pensaba como alguien de 5 años. O alguien de 40 años con un puesto en el Congreso.

A los 16 años, terminaba el colegio y postulé a la UPC, ingresando por medio de la famosa entrevista. Es más, nunca pasé por un examen de admisión. Seguía con la idea de "tener mucho dinero", así que me dispuse a estudiar la hipster carrera de Ingeniería de Software. Y digo hipster porque nadie sabía qué carajo era, ni en qué se diferenciaba con Sistemas ni qué diablos haríamos como egresados. Pero yo seguía de acuerdo a mi plan.

A los 17 años, la burbuja se rompió. Descubrí que esa carrera no me gustaba, no me motivaba, no entendía nada de las clases y si podía faltar, lo hacía. Llegué al 30% de inasistencias en todos los cursos, jalé dos veces Matemática Básica (no me juzguen, era BIEN difícil) y me sentía presionada por mi padre. Alguien diría "ay, típico caso de First World Problems" pero no, era más que eso. ¿Qué estaba haciendo con mi vida? Porque, al final, la carrera yo la estudiaba y me sustentaría por muchos años hasta que alguien me pagara otra (?) así que estaba en el limbo. Por ese entonces tenía enamorado, Cristhian, con quien no me llevaba del todo bien pero que de alguna manera nos atraíamos. Me enseñó muchas cosas y, no es por tirarle flores, pero fue por él que tuve el valor de decirle a mis padres que quería cambiarme de carrera (al último minuto, él se chupó. Sí, qué ironía, pues). Fue un chongazo, que sí, que siendo psicóloga te vas a morir de hambre, que todos son mediocres, etc. Igual, sin planes a la vista ni apoyo, me arriesgué y postulé a Cayetano.

Ahora que han pasado cinco años, me pongo a pensar que, hasta ahora, no tengo un plan fijo pero eso no quiere decir ande más perdida que papa en ceviche. Tengo la carrera que me gusta y, con ella, hartas maneras de ayudar a los demás

... una vez que haya cerrado mi cuenta en Twitter.

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